Monday, May 09, 2011

Las otras vidas

Anoche tuve un gran sueño. Digo "gran" por su moraleja y complejidad. La verdad es que hablaba de ti. De lo importante que es valorar lo que uno tiene en esta vida mientras verdaderamente lo tiene y no cuando lo ha perdido y lo extraña.

En él pude sentir que ya no estabas. Ahora tenías otra forma y otros intereses. Sólo te podía tener en mis pensamientos porque definitivamente no estabas más para mí. Entonces me sentí desterrado a mi memoria. Pero fui olvidando. Olvidé tu aroma primero, luego tu voz y después tu mirada. Te extrañé y lloré y aluciné con momentos hasta somatizar.

Pero desperté. Nací de nuevo. Con otra forma y color. Ahora me siento bien. Siento que puedo hacerlo mejor porque es otra vida. Otra.

Sunday, May 08, 2011

La trampa del inconsciente racional



La mañana del 16 de abril de 2007, Cho Seung-hui pone en marcha un macabro plan. Con una frialdad impresionante -tras bloquear todas las salidas- consigue fulminar a más de 30 personas dentro de su universidad. Sin duda, una de las masacres más grandes en la memoria colectiva de Estados Unidos; la matanza de Virginia Tech.

Resulta curioso que en situaciones de estrés, el ser humano tiende a poner en un contexto conocido aquellos estímulos que le resultan desconocidos y amenazadores. Este inconsciente mecanismo de defensa intenta dar una explicación "racional" a cualquier evento que irrumpa con la normalidad. Este fenómeno de "contextualización de estímulo discordante", como lo llaman los psicólogos, puede ser perjudicial ya que deja al individuo más desprotegido al descartar como improbable la opción menos agradable.

Esa fría mañana en Virginia Tech, la mayoría de los estudiantes prefirió pensar que los incesantes "latigazos" (así es descrito comúnmente un disparo) no eran más que ruidos de "trabajos"; pistolas de clavos, reparaciones varias, etc. A pesar de estar acompañados de aterradores gritos de auxilio y pavor.

Uno constantemente ve lo que quiere ver, escucha lo que quiere escuchar y, finalmente, piensa lo que quiere pensar. Vivimos entrampados en nuestra predecible racionalidad.